Dos arqueólogos excavan en la ladera sur del Monte Ararat, precisamente ahí porque habían leído en una inscripción cuneiforme consultada en el Museo Británico, que por ese lado había descendido Moisés, y no por el lado norte como dice la Biblia. Escarban casi con las manos, por temor a dañar con el pico algún resto arqueológico. El más joven tiene ya la mitad de la jornada limpiando una piedra con mucho cuidado, quitando la tierra, el lodo y la arena con que ha sido cubierta por el paso de siglos; el mayor lo mira con curiosidad, luego con sospecha, por tantas horas con el mismo objeto. Después de un tiempo interminable, el arqueólogo joven se acerca y dice con emoción:

“Maestro, aquí he podido limpiar unos símbolos tallados en la piedra”.

El Maestro toma con cuidado el objeto, intenta descifrar lo que ahí aparece y finalmente la aparta con ojos de espanto.

“Tenemos que volver a enterrarla. ¡Son otros diez mandamientos!”

 

1-La madre de todos los decálogos.

No creo que el presidente pueda encontrar gracia en esta anécdota, su fuerte no es el humor sino la prédica y el ataque, repartidos equitativamente 50-50. Está empecinado en imponer un nuevo orden en el país, un orden moral, en el que todos los mexicanos deberemos regirnos por una serie de mandamientos, algunos obvios, otros no tienen que ver con moral y unos cuantos son repetitivos, lo que implica un peligro para su defensa en los tribunales de los Neo Inquisidores del #GansoOficio, porque sabido es que los abogados se especializan en encontrar resquicios legales para meter por ahí un cincel y resquebrajar las tablas de la ley. Pongamos por caso el tesoro recientemente descubierto, Decálogo vs violencia contra las mujeres:

  1. Estoy en contra de la violencia.
  2. Se debe proteger la vida de hombres y mujeres.
  3. Es una cobardía agredir a la mujer.
  4. El machismo es un anacronismo.
  5. Se tiene que respetar a las mujeres.
  6. No a las agresiones a las mujeres.
  7. No a los crímenes de odio contra mujeres.
  8. Castigo a responsables.
  9. El gobierno garantiza la seguridad de las mujeres.
  10. Nuestro compromiso es garantizar la paz y la tranquilidad de México.

Pepito ha crecido y su vocación le señaló Abogacía para estudiar en la universidad. En la clase de Derecho Civil 1, es decir cuando los estudiantes de prepa están siendo desempacados por los maestros con la esperanza de encontrar ahí un regalo, es decir, algún alumno que sepa leer y escribir como se debe, pidieron a los estudiantes que preparan precisamente un decálogo contra la violencia a las mujeres, y ese fue el trabajo de Pepito. El maestro lo lee, no sabe si reír o llorar, y prefiere preguntar al alumno:

“A ver dime, esto debería ser un conjunto de mandamientos, o sea conductas. Estoy en contra de la violencia… ¿dónde está la conducta? Tienes que decirle al indiciado lo que debió hacer y no hizo, aquí no le dices nada. Lo mismo el tercero, es una cobardía… es lo mismo que si dijeras agredir a una mujer es de color rojo, ¿dónde está la conducta a seguir? Luego, en el cuarto hablas de machismo, ¿qué es eso? Las leyes –con excepción de las fiscales- deben ser redactadas en términos claros, no ambiguos, para que no se confunda el ciudadano; aquí introduces un nuevo concepto, machismo, que nada más complica las cosas. Todo mundo sabe lo que es violencia, pero ¿dónde empieza y termina el machismo? El 5 y el 6, ¿no son lo mismo? Lo pones dos veces y los abogados van a chicanear todos los juicios lanzando la pelota entre uno y otro mandamiento… en el séptimo hablas de crímenes de odio, ¿significa que los crímenes de amor sí son válidos? ¿También habrá que prohibir la canción Morir de Amor? Mandamiento 8, castigo a responsables, ¿qué significa? ¿Que cuando alguien se venga del que ultrajó a su hija o hermana, matándolo, no está cometiendo ningún delito, sino al contrario, obedece el 8º Mandamiento? ¿No te das cuenta que estás legalizando la violencia? Nueve, el gobierno garantiza… no, el gobierno garantiza mis tompiates, además se trata de un decálogo para la población, no para el gobierno. Finalmente –bendito sea Dios- llego a tu último mandamiento, el gobierno garantiza… la paz y la tranquilidad de México… no entiendo, ¿también estamos incluidos los hombres ahí? ¿Quieres meter un strike en la ley para que el gobierno te defienda de tus hermanas? Para eso me gustabas… ¡estás reprobado!

En 2017 aparecieron otros diez mandamientos:

  1. Al margen de la ley, nada; por encima de la ley, nadie.
  2. Se eliminará la corrupción.
  3. Descentralización de dependencias federales
  4. Precios de garantía para el campo y la autosuficiencia alimentaria.
  5. Más refinerías.
  6. No aumentarán los impuestos y la deuda pública.
  7. Seguro para jóvenes sin empleo.
  8. Se duplicarán las pensiones
  9. La reforma educativa va para atrás
  10. Amnistía a narcos y criminales.

Esta colección ya se veía sospechosa desde la jornada inacabable de su campaña política –yo pronostico que cuando lo corramos o termine su sexenio, seguirá en campaña- principalmente por la utopía de terminar con la corrupción; ¿cómo puede prometer eso quien no condenó a René Bejarano y a todos los que filmaron “recaudando fondos” para sus campañas? La corrupción es tan vieja y tan generalizada que se manejan estadísticas de corrupción en todos los países, esta promesa no engaña ni al Teufel, el pastor alemán que tenemos en la oficina. Pero ya se veía para dónde llevaría el sexenio: el Estado como dispensador de dádivas (4, 7, 8), aferrado a las energías del pasado (5), y aliado con lo mejorcito de nuestra sociedad (9, 10). El resto son imposibles que él mismo viola: dando órdenes al congreso (1), sosteniendo a Bartlett y a Zoé Robledo (2), homologando “desaparición” con “descentralización” (3), contrayendo deuda sin avisar (6) y multando con fortunas a bancos (6)  mientras encuentran la forma de inventar impuestos a los que llamará de otra forma.

Al principio del sexenio mandó imprimir un trabajo de Alfonso Reyes llamado Cartilla Moral, al que dio amplia publicidad y que originalmente fue escrita para ayudar en el proceso de alfabetización que entonces llevaba a cabo el país en 1944.

  1. El hombre se educa para el bien.
  2. Cuerpo y alma.
  3. Civilización y cultura.
  4. Los respetos morales.
  5. Respeto a nuestra persona.
  6. La familia.
  7. La sociedad.
  8. La ley y el derecho.
  9. La patria.
  10. La sociedad humana.
  11. La naturaleza.
  12. El valor moral.

El documento que imprimió este gobierno tiene presentación de panfleto estilo Libro de Texto, con imágenes de Hidalgo, Josefa Ortiz de Domínguez, Madero, Sor Juana, Zapata, Juárez y Lázaro Cárdenas, desmereciendo del texto original de Alfonso Reyes. Es un excelente documento, de un carácter muy general, que merecería ser rescatado para la reflexión, análisis, crítica y adaptabilidad a nuestros tiempos en las clases de Civismo, si es que todavía existen; si yo diera ese curso en 6º de primaria, pediría a los alumnos leerlo en el curso del año y hacer aplicaciones de cada capítulo a su vida cotidiana, ya sea dentro de la familia, la escuela, la ciudad o el país. Lo pediría en forma de ensayo, algo que cada alumno debería escribir con sus propias palabras y con la advertencia: puedes hacer copiar y pegar, entrecomillando y citando la fuente, pero que no rebase el 10% de tu texto. No sé si se está haciendo, no he visto noticias en la red de que algún alumno haya escrito algo digno de llamar la atención. Pero no es ningún decálogo, es un excelente texto desperdiciado como petardo para tratar de hacer lucir a la 4T con producto ajeno.

Pero que no se vaya a ofender Alfonso Reyes, para esto tenemos el coronavirus que será anulado por nuevo decálogo:

  1. Hay que mantenerse informado y acatar recomendaciones.
  2. Actuar con optimismo.
  3. Dar la espalda al egoísmo y al individualismo.
  4. Evitar lo material, el consumismo.
  5. Prevención y confianza en nosotros mismos.
  6. Gozar el cielo, el sol, el aire puro, la flora, la naturaleza.
  7. Alimentarse bien, comer frutas, evitar productos chatarra y consumir agua pura.
  8. Hacer ejercicio.
  9. Eliminar actitudes racistas, clasistas, sexistas y discriminatorias.
  10. Buscar la espiritualidad en Dios o en la utopía
  11. (En proceso de autorización por la 4T) Usar un detente.

Este decálogo empieza mal, ya desde el primero nos deja en estado de indefensión: ¿a quién le hacemos caso, al presidente, a López Gatell, a nuestro gobernador o la OMS? ¿Quién ha acertado más veces, estadísticamente hablando? Cada quien jala para su lado, AMLO aparece visitando hospitales sin mascarilla, se termina y no se termina la contingencia, se equipan y no se equipan los hospitales. El manejo de esta crisis en México es una magnífica historia para teléfono descompuesto, cada quien transmite lo que entendió del mensaje, lo interpreta a su manera y le añade de su cosecha. Socialmente hablando, falta liderazgo en este país, pero el punto no está mencionado en el decálogo.

Las recomendaciones 2, 6, 7 y 8 son verdades de Perogrullo, y no veo la relación entre coronavirus y actitudes racistas, a menos que vayamos a aplicar el dicho “Puedo probar lo que sea con estadísticas, excepto la verdad”, atribuido a George Canning.

¿Y cuál fue la madre de todos los decálogos? La 4T, naturalmente.

2-El verdadero decálogo.

Fue un gran acierto de Enrique Krauze acuñar el término “Mesías Tropical”, expresión que nació en 2006 para que la historia lo confirmara catorce años después; López Obrador era Jefe de Gobierno del DF en aquella época, más feliz porque nada más gobernaba el DF. Durante esos meses Krauze analizó las semejanzas del comportamiento en diversos líderes latinoamericanos, principalmente Juan Domingo Perón, Fidel Castro y Hugo Chávez, y publicó un artículo que sintetizó las características comunes y que fue una profecía de lo que harían otros líderes de izquierda cuando llegaran al poder. El Decálogo del populismo iberoamericano es una guía que las conductas comunes a estos líderes y otros que aparecieron en el camino:

  1. Exaltación del líder carismático
  2. Apoderarse de la palabra.
  3. Fabricación de la verdad.
  4. Uso discrecional del erario público.
  5. Repartir la riqueza.
  6. Alentar el odio de clases.
  7. Movilización de grupos sociales.
  8. Odio al “enemigo exterior”
  9. Desprecio al orden legal.
  10. Anular las instituciones.

Cualquier semejanza con la realidad mexicana es deliberada coincidencia de quien se ha propuesto seguir precisamente esta línea. Con la sola excepción del octavo mandamiento, donde el enemigo exterior fue sustituido por los fifís, todos los demás se siguen al pie de la letra. Enrique Krauze no es un profeta y en su artículo original no hay una sola referencia a López Obrador, pero este decálogo sí es una verdadera guía para AMLO, deberían pedir permiso al autor para incorporarlo a los estatutos de MORENA, que junto con la 4T, surgieron en torno al culto a la personalidad de López Obrador, lo cual es una buena noticia, porque una vez desaparecido éste, sus seguidores van a desbandarse. Nadie ha usado y abusado de la palabra como López Obrador, si no contamos la voz que hablaba en la antigua XEQK, que en mis tiempos daba la hora exacta durante las 24 horas del día. Podríamos pensar en Fidel Castro, pero no fue mexicano y sus discursos de siete horas eran esporádicos, aunque quedan como ejemplo a seguir para nuestro presidente. La verdad que se ha fabricado en esta presidencia es de dos clases: i) vacía (no dice nada), cuando le preguntan algo y no responde, ii) otros datos, invocados cada vez que aparezcan números de lo que sea, o alguna situación incómoda. El 4 y el 5 se cumplen en uno solo: gastando el dinero que no tenemos en no hacer el NAIM, por ejemplo, y distribuyendo lo que encuentra en Tesorería entre su base electoral. Desde el principio el país fue dividido en “pueblo bueno” y el oscuro objeto de su odio, los “fifís”. No están incluidos ahí los que son ricos en su gabinete como Olga Sánchez Cordero, Bartlett, Ebrard, Irma Eréndira Sandoval, Yedickol Polovensky ni el mero jefe, documentados en el excelente cartón publicado hoy en Reforma por Calderón. La movilización de grupos sociales es especialidad de AMLO, incluyendo las quemas de pozos petroleros en Tabasco, los miles de mítines celebrados en su larga campaña, y los acarreados que le llevan ahora, mientras se termina la crisis del coronavirus. El enemigo exterior fue cambiado por los fifís, porque al gran vecino poderoso le tiene un verdadero miedo y no importa que tenga que convertir a México en el muro que prometió Trump. “Al diablo con las instituciones”, ¿conoce usted esa frase? Nada más estaba obedeciendo el noveno mandamiento. Y de anular las instituciones, pues qué le podré decir… si da órdenes al Congreso y pone a sus compas en la SJN y en comisiones reguladoras, ¿qué otra prueba nos hace falta? La 4T nos regaló a un autócrata disfrazado en el manto presidencial.

Este es el decálogo personal de López Obrador. Todos los demás son para el común de los mortales como usted y yo, y no importa que se sigan o no se sigan, no importa que publiquemos una tesis sobre el pensamiento de Alfonso Reyes, no importa que el decálogo del coronavirus esté inflado y nada incluya 7 mandamientos, lo que importa es que ya distrajeron al país. Ese es el objetivo de proclamar a los cuatro vientos idioteces, o verdades gansito, o verdades a medias: distraer. Este es el circo con que AMLO intenta llenar la vida intelectual de México, y lo logra pero nada más a medias.

Dado el volumen de palabras que pronuncia el presidente, tenemos ya las estadísticas para analizarlos, y calcular el número de mentiras que ha dicho, las promesas que no cumplió, los malos chistes, las veces que tuvo otros datos, las veces que dijo “fuchi caca”, y las muy contadas ocasiones en que permiten que un periodista de verdad lo interpele, aunque se quede sin respuesta. Repite tantas veces lo mismo, porque cree en la verdad sociológica

Cualquier cosa, por más absurda que sea:
diciéndola suficientes veces, se convierte en verdad.

También opina junto con Homero Simpson,

Puedes venir con una estadística y probar lo que sea;
esto lo sabe el 40% de la gente.

Pero la verdad desnuda del número de mentiras que ha dicho (más de 11,000 según noticia vieja) no es nada más una estadística, porque forma la prueba documentada de que México tiene un presidente que miente y que se vale del nombre de Pueblo para erigirse en su representante, quien conoce lo que el Pueblo desea y lo que necesita. Tantas mentiras dice el presidente, que el pueblo bueno está terminando por creer que el presidente miente.

Todos los otros decálogos que ha lanzado son maniobras distractoras. No sé cuántos lleva, no tengo una estadística, pero son tantos que hasta el Pueblo Bueno lo está conociendo.

 

 

Agradezco a mi hijo Rodrigo su crítica de mi verdad, de que lo que digo sostenido en mi opinión y no en una estadística.

//21.6.2020:  ¡Felicidades a todos los padres que me leen!

Mientras preparaba este artículo, apareció inevitablemente la curva normal de distribución en estadística, y me encontré esta imagen que me hizo reír mucho:

https://www.quora.com/What-are-some-good-quotes-about-statistics


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