Make me a grave where’er you will,
In a lowly plain, or a lofty hill,
Make it among earth’s humblest graves,
But not in a land where men are slaves.
I could not rest if around my grave
I heard the steps of a trembling slave:
His shadow above my silent tomb
Would make it a place of fearful gloom.
I could no rest if I heard the tread
Of a coffle gang to the shambles led;
And the mother’s shriek of wild despair
Rise like a curse on the trembling air.
I could not sleep if I saw the lash
Drinking her flood at each fearful gash;
And I saw her babes torn from her breast;
Like trembling doves from their parent nest.
I’d shudder and start if I heard the bay
Of blood-hounds seizing their human prey;
And I heard the captive plead in vain
As they bound afresh his galling chain.
If I saw young girls from their mother’s arms
Bartered and sold for their youthful charms;
My eye would flash with a mournful flame,
My death-paled cheek grow red with shame.
I would sleep, dear friends, where bloated might
Can rob no man of his dearest right;
My rest shall be calm in any grave
Where none can call his brother a slave.
I ask no monument, proud and high;
To arrest the gaze of the passers-by;
All that my yearning spirit craves,
Is bury me not in a land of slaves. |
Hacedme una tumba donde queráis,
En baja llanura o en colina elevada,
Hacedla entre las tumbas más humildes de la tierra,
Pero no donde los hombres son esclavos.
No podría descansar si alrededor de mi sepulcro
Oyera los pasos de un esclavo temblando:
Su sombra sobre mi tumba silente
Pintaría el lugar de un color siniestro.
No podría descansar escuchara el paso
De esclavos en cadenas al matadero;
Y el grito de una madre en desolación salvaje
Elevarse como maldición en el aire trémulo.
No podría dormir si viera el látigo
Bebiendo su sangre a cada fiero corte;
Y viera sus hijos separados de su pecho;
Como palomas que tiemblan en el nido paterno.
Temblaría y comenzaría si escuchara el ladrido
De perros de presa capturando su presa humana;
Y escuchara el lamento cautivo en vano
Cuando pusieran de nuevo la oprobiosa cadena.
Si viera que jóvenes tomadas del brazo materno
Cambiadas y vendidas por su encantos jóvenes;
Mi ojo brillaría con flama de duelo,
Mis mejillas pálidas de muerte enrojecería de vergüenza.
Yo dormiría, amigos queridos, dond el poder inflado
No pueda robar al hombre su derecho más querido;
Mi descanso será tranquilo en cualquier tumba
Donde nadie pueda llamar a su hermano esclavo.
No pido un monumento, orgulloso y alto;
Que atraiga la mirada de los que pasan;
Todo lo que mi doliente espíritu clama
Es no ser enterrada en tierra de esclavos. |