Uno de los artífices de la reanudación de relaciones entre China y Estados Unidos fue precisamente Henry Kissinger, cuando fungió como Secretario de Estado de Richard Nixon. Habían quedado muy dañadas las relaciones entre esos países a raíz de la Guerra de Corea en 1952, en la que tanto China como EEUU participaron contra su voluntad, en un conflicto que fue empujado por una figura menor dentro de la escena mundial –Kim Il Sung, presidente de Corea del Norte- y por el maestro manipulador, Iosif Stalin. La guerra terminó en empate y destruyó las relaciones entre China y Estados Unidos.
Kissinger, que conoció personalmente a Mao, sirvió bajo Nixon, y tuvo la oportunidad de tratar de cerca a todas las primeras figuras políticas en el mundo de la década de los 70’s, hace una descripción minuciosa de la forma en que China se vio arrastrada a aquella guerra, y la forma en que afrontó las consecuencias. Este libro es ante todo una historia diplomática, no es una historia de China; el mismo título sugiere una narración y reflexiones sobre lo que el autor conoció de cerca, no sugiere una obra que abarque la totalidad de los aspectos de la historia de un país.
Las relaciones entre China y la URSS siempre fueron difíciles, gracias principalmente al carácter independiente de Mao y a los objetivos que se había fijado para su país, diferentes de lo que quería la URSS. Las dificultados empezaron desde la guerra civil, por ejemplo cuando Stalin obligó a pactar a comunistas con nacionalistas en 1936, después cuando Mao se desvió de la ortodoxia soviética que pretendía basar la revuelta en el proletariado, y los chinos se basaron en el campesinado, después de analizar que el proletariado chino era demasiado pequeño. Y ya vuelto comunista el país, China y la URSS peleaban por el liderazgo socialista en el mundo. La historia de estas desavenencias produjo presión sobre el pueblo chino al enviar granos chinos a Rusia para pagar la deuda, pero estos aspectos están omitidos o tratados someramente en la obra, que es ante todo una historia de relaciones entre países, una historia de diplomacia.
Es molesto que la narrativa se centre en las maniobras de los jerarcas de cada país para aliarse, contrarrestarse, atacarse, engañarse, y que el impacto de esas maniobras en los pueblos respectivos sea omitida o narrada de paso; pero aceptando que este libro presenta nada más un lado de la historia, es una lectura sumamente interesante que permite conocer momentos importantes en la vida de las personas que dirigían el mundo hacia 1970. Por ejemplo, hace un retrato muy interesante de Deng Xiaoping, quien es el padre de la China moderna, postcomunista, a quien el autor tuvo oportunidad de tratar desde años antes de que llegara al poder; también a Zhou Enlai le dedica varias páginas, haciendo una reseña muy respetuosa de su persona.
En resumen: para conocer la evolución de las relaciones entre China y Estados Unidos hasta antes de que China se volviera una potencia económica mundial, este es un buen lugar.
Henry Kissinger
On China
The Penguin Press, New York, 2011
586 páginas.