Dicen que un buey voló;
pue’ que sí, pue’ que no.
Estas palabras son atribuidas a Santo Tomás de Aquino, teólogo dominico que vivió en Italia en el Siglo XIII, quien escribió la Summa Teológica, obra en que la religión católica ha basado durante muchos años gran parte de su doctrina. Era un monje de la orden de Santo Domingo, muy gordo, muy inteligente y muy crédulo. En la mesa común le mandaron hacer un entrante a la tabla superior, para que pudiera sentarse con comodidad sin que le estorbara la barriga. Su nivel intelectual y las obras que produjo hacen que sea considerado uno de los grandes Doctores de la Iglesia, y en opinión de muchos, el mayor de todos; se le conoce como Doctor Angélico. Estudió las obras de Aristóteles, y las utilizó como base para escribir sus propios trabajos; estas obras llegaron a él en versiones que habían sido traducidas del griego al latín por los árabes, quienes habían tenido conocimiento de los filósofos griegos primero que los europeos y se dieron a la tarea de difundir sus trabajos[1]. Como ha sido el caso de muchas personas inteligentes, le faltaba malicia para reconocer las bromas de sus compañeros frailes. Un día que él estaba pensando y escribiendo en su celda, se acerca otro fraile y le dice “¡Tomás, Tomás, ven rápido, que afuera en el patio estamos viendo un buey que vuela!” El insigne doctor volteó a verlo, siguió el impulso de su mente racionalista y con todo y el peso de su gran barriga, salió al patio a buscar el buey volador. Llegando preguntó que dónde estaba, todos le insistieron que ahí, en medio de esas dos nubes, estaba precisamente el buey un instante antes de que saliera Tomás al patio. Tardíamente y sin enojarse, como si fuera un tonto crédulo, dijo las palabras que dan nombre a este artículo.
Esta anécdota nos dice que Santo Tomás de Aquino era un hombre de gran fe, al contrario de Santo Tomás Apóstol, el que dijo “si no pongo mis dedo en las llagas de Sus manos y pies, y no pongo mi mano en la llaga de Su costado, no creeré que ha resucitado”. Santo Tomás de Aquino, el más grande doctor de la Iglesia, era un hombre que tenía mucha fe, suficiente para creer que un buey podía volar si se lo anunciaban los demás frailes.
Una cantidad todavía mayor de fe es la que nos está pidiendo ahora el PRI, cuando anuncia que hay un nuevo PRI que busca la presidencia. Parte de su estrategia de campaña es vendernos la idea de que el PRI que ahora pretende el mayor poder no es el PRI que hemos conocido desde 1929, sino es otro, que quizá –en el mejor de los casos- no tiene relación con ese PRI conocido, sino que se trata de un verdadero partido, nuevo y reformado. Nos quieren convencer de que tienen la experiencia, de que saben hacer las cosas, de que aprendieron de sus errores y de que son los que van a llevar a México a la categoría del mundo cero, ese mundo que está todavía más arriba que el primer mundo, o bien, posiblemente después del tercer mundo y hasta más abajo del inframundo.
Lo bueno de estar tantito viejo es que uno se acuerda de muchas cosas, y una de ellas es que desde hace gran cantidad de tiempo se habla en el PRI de esta misma idea, sólo ha sido expresada en palabras diferentes. Estos slogans tienen la ventaja además de que por nostalgia lo hacen a uno sentirse joven, puesto que es como si oyéramos un disco rayado, con scratch y todo el embrujo de la nostalgia: el 1993 el escritor Jorge Alcocer V. publicó un artículo en la Revista Mexicana de Sociología que se llamaba La Tercera Refundación del PRI, y yo me acuerdo desde tiempo inmemoriales que con una u otra expresión, es exactamente la misma idea la que nos quieren vender. El PRI se ha querido refundar bajo intelectuales distinguidos como Jesús Reyes Heroles, quien tuvo el valor de enfrentarse al Presidente López Portillo y decirle que no estaba bien que el Papa dijera una misa en Los Pinos, lo que le costó su puesto de Secretario de Gobernación. Mi hermano Jesús me cuenta una anécdota de aquellos tiempos. Va Reyes Heroles con López Portillo y le hace diversos señalamientos: despilfarro, está rodeado de ladrones, su hermana Margarita es una inepta, está haciendo las cosas mal como Presidente. López Portillo toma las cosas con filosofía y reúne al gabinete para deliberar, preguntándoles a cada uno su opinión sobre la gestión suya como Presidente. Los Secretarios lo interpretan como un concurso de abyección y se pelean para ver quién es el que hace el elogio más inverosímil del Presidente. Al final, López Portillo se vuelve a su Secretario de Gobernación y le dice “¿ves? Todos me dicen que estoy haciendo las cosas bien, tú eres el que está mal”.
Si resucitara Reyes Heroles y viniera a hablar de una refundación del PRI, le concedería el beneficio de la duda. Pero ya que él permanece enterrado, me veo obligado, como Santo Tomás de Aquino, a salir al patio del convento para ver si efectivamente el buey está volando, porque eso está más fácil de creer a que se haya renovado el PRI. Porque no es Reyes Heroles quien lo dice sino son los siguientes caballeros: Pedro Joaquín Coldwell, Enrique Peña Nieto, Humberto Moreira, el Gober precioso, Arturo Montiel, Carlos Salinas, Rodrigo Medina, etc. La página oficial del PRI tiene un mapa de la República en donde están sombreados en verde los Estados con gobernadores priístas, bajo el lema “Descubre la grandeza de los estados gobernados por el PRI”. Entre ellos se encuentran Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Durango, Zacatecas, Veracruz y Edomex, la crema y nata de la violencia en el país. Ahí están los estados más endeudados (con excepción del DF), ahí está Coahuila con su mega deuda y otro gobernador Moreira, orgullo nepotista del que endeudó al estado, casualmente ex Presidente del PRI. Ahí está Veracruz, que paga por anticipado a sus proveedores, en efectivo, cuentas de $25 millones. Ahí está Edomex, tierra de Peña Nieto, Montiel, Hank González y otros muchos próceres que en el estado más poblado del país tienen uno de los peores sistemas carreteros de México. Hace varios años, cuando acaba de salir Arturo Montiel de gobernador, viajaba yo en coche por el Estado de México, y cerca de un lugar que se llama Valle de los Espejos vi un espectacular con la fotografía de Montiel y una leyenda que rezaba “construimos la mejor infraestructura carretera y de comunicaciones del país”. Lamentablemente para Montiel, yo había viajado recientemente a Chihuahua, un estado enorme, con una densidad de población mucho menor que Edomex, en donde sí tienen carreteras buenas de lado a lado: saliendo de Torreón, hasta Cd. Juárez, son más de 500km de doble carril; por el contrario, para salir de Toluca a prácticamente cualquier destino (con excepción de la autopista México-Gdl) hay que recorrer caminos y caminitos y caminotes, nada que recuerde a Chihuahua y nada que justifique lo que decía Montiel.
La historia asociada al PRI la conocemos. En lo personal les reconozco que hayan pacificado al país en 1929 y que lo hayan mantenido razonablemente pacífico hasta 2000, lo cual es un logro enorme en Latinoamérica. Sin embargo, esto ha tenido un precio que se vuelve más y más intolerable a medida que transcurren los años, aparecen nuevos rufianes haciendo las mismas tonterías y porquerías que los anteriores, la prensa informa, y principalmente el internet destapa la cloaca de todas las miserias públicas y privadas que aquejan a nuestros políticos. En este sentido, es mejor que el PRI no hable de su pasado, porque a prácticamente cualquier priísta que haya estado en un cargo de importancia le sacarían suficientes pecados como para hacer sonrojar a Satanás.
Es mejor que el PRI hable del futuro. Es mejor que el PRI hable de lo que quiere hacer, en caso de que consiga la presidencia.
Y el PRI ya habló, puesto que publicó el hoy famoso Decálogo de compromisos de gobierno del aspirante Enrique Peña Nieto, y que será olvidado a partir del próximo 2 de julio.
Este decálogo presenta diez buenos deseos de EPN; no los puedo llamar de mejor manera, puesto que todos están garantizados en la Constitución:
- Libertad de manifestación: artículo 6.
- Libertad de expresión: artículo 6.
- Relación con los medios: artículo 6.
- Derechos Humanos: artículos 14 y 16.
- Libertad Religiosa: artículo 24.
- No discriminación: artículo 1.
- División de Poderes: artículo 49.
- Elecciones Libres: artículo 41.
- Transparencia y rendición de cuentas: artículo 6.
- Federalismo y transparencia: artículo 40.
La conclusión es que el Sr. Peña Nieto nos está ofreciendo, en caso de llegar a la presidencia ¡respetar la Constitución! Lamentablemente para él, los tiempos están para más, para muchísimo más. Ese documento me parece trágicamente pobre, y sería trágicamente cómico si no fuera el decálogo de un aspirante a la Presidencia. Por sentado se da que todos los aspirantes van a respetar nuestras leyes, ¿o acaso consideran hacer algo diferente? ¿O es que van a respetar esos 10 puntos y los demás no? No le veo el caso hacer una oferta que sea un extracto de ciertos artículos de nuestra Constitución. Quizá lo que quiso decir Peña Nieto es que va a hacer una Nueva Constitución, y que la hará con el método ya consagrado de copy & paste.
Por otro lado, el Nuevo PRI no hace una oferta concreta con respecto a los grandes problemas de México. A reserva de que usted le añada otros, en mi opinión los más graves son: inseguridad, corrupción, relación con EEUU, educación, el campo, excesos en el gasto público, y de ninguno de ellos tenemos una oferta concreta por parte de EPN. Con ganas de colaborar, le doy una receta para que mate dos pájaros de un tiro: que le baje a la mitad al subsidio (también llamado dispendio) a los partidos políticos y con eso construimos varias presas, que habrán de servir para épocas como ésta, cuando el campo está dando las últimas bocanadas y las reses se mueren de sed y no alcanzan a salir maizales ni siquiera de 10 centímetros de alto. Otro consejo, que no le cuesta nada al Sr. Peña Nieto, es que tramite la jubilación anticipada de Elba Esther y parta el SNTE en 32 sindicatos. Otro consejo es que aplique obligatoriamente el examen a los profesores, sin sentirse en la obligación de presentarlo él mismo.
El punto 9 del Decálogo habla de transparencia y rendición de cuentas. Para mí, Juan Pueblo, el asunto es muy sencillo. En este momento el Sr. Peña Nieto tiene una papa caliente en las manos, el gran endeudamiento de Coahuila que hizo su protegido Humberto Moreira. Si ese decálogo es la manifestación de una intención real, que obre en consecuencia: que se haga pública la forma en que se llegó a esa enorme cantidad, y que se inicien los procesos necesarios para perseguir a quien resulte responsable. Porque en este caso estamos hablando de dos problemas: 1) Coahuila contrajo una deuda enorme, y 2) no se sabe dónde está el dinero. Hasta el momento, todas las señales indican que le pretende echar tierra al asunto, puesto que tuvo de compañero de campaña a Humberto Moreira y lo sostuvo hasta que la presión pública no se pudo resistir. Lo cual nos deja dos posibilidades: 1) EPN no estaba enterado de lo que hizo H.Moreira, lo cual habla muy mal de su conocimiento del país, o 2) EPN estaba enterado pero de todas maneras lo protegió, lo cual habla muy mal de su hipotética gestión en la Presidencia.
Por más que le busco al PRI, no encuentro sino lo mismo de siempre: sanguijuelas viviendo del presupuesto, funcionarios que se aprovechan de los cargos, robos, malos manejos, abandono de los deberes públicos, etc. Las excepciones, como Jesús Reyes Heroles, el actual gobernador de Colima y algunos gobernadores de mi Estado, son escasas. En lo que son excelsos todos los funcionarios públicos es en el arte de echar la culpa a otros, pero eso no cuenta para que yo vote por ellos. Al Nuevo PRI lo conozco solamente por el nombre, porque lo quieren llamar ahora así. No hay otras novedades que algunos nombres de nuevos políticos y nombres reciclados, los proyectos para la Presidencia no los conozco –respetar la Constitución no cuenta- y guardar silencio frente a lo que son los grandes problemas de este país es grave, lo que en este caso tiene tres explicaciones: 1) no les importan esos problemas, de hecho les conviene que sea así, en parte porque ellos mismos los provocan y porque se benefician, aplicando el refrán a río revuelto ganancia de pescadores. 2) no saben qué hacer con ellos, lo cual habla de su incapacidad, y 3) sí saben qué hacer con ellos, pero con tantos compromisos que tienen los candidatos y con tanta cola que tiene el PRI que le pisen, lo mejor es no hacer olas y esperar que por algún acto milagroso esos problemas se resuelvan solos, o al menos libren el siguiente sexenio.
En otras palabras, ni por los personajes que están al frente del PRI, ni por las ofertas que nos hacen (respetar la Constitución), ni por los grandes problemas que NO dicen cómo van a resolver, puedo yo creer que se trata de un Nuevo PRI. Es el mismo PRI, el que hablaba de la refundación, el que dijo “la solución somos todos”, el que dijo “arriba y adelante”, el que prometió administrar la abundancia.
Necesitaría tener tanta fe como Santo Tomás de Aquino para creer que se trata de un Nuevo PRI, porque PRImero les creeré a mis compañeros de trabajo cuando lleguen con la noticia de que un buey voló.
[1] Puede ver mayores detalles de esta aportación del Islam para preservar el saber griego en mi artículo Islam 2: los años dorados.
[comment]