1-Ucrania. En 2013 hubo mucha actividad diplomática entre Estados Unidos y Ucrania: varias veces visitó el país John Kerry, secretario de Estado; unas cuantas NGOs (organizaciones no gubernamentales) financiadas con dinero norteamericano operaban en Kiev en pro de la democracia, y hasta el jefe de la CIA, John Brennan, honró a Ucrania con su visita. A fines de 2014 empezó el Maidán con los resultados que ya conocemos: la revuelta popular creció, hubo algunos muertos y heridos, la prensa occidental desgarró sus vestiduras ante la escandalosa fortuna reunida por el presidente Yanukovich, y finalmente cayó el régimen. Estados Unidos y en general la prensa Occidental celebraron la victoria de la democracia, después fue elegido Petro Poroshenko, llamado Rey de los Chocolates por los negocios que tiene, y Ucrania cambió a un presidente rico por un billonario, conocido también como Chokoshenko.

Durante el Maidán las protestas de Rusia fueron enérgicas pero cayeron en oídos sordos en Occidente. Sin embargo, en el mes de marzo de 2014 el pueblo de Crimea, que tenía status de República Autónoma en Ucrania, se organizó tan espontáneamente como el pueblo de Kiev en Maidán, declararon su independencia de Ucrania y solicitaron anexión a Rusia, que fue concedida. La prensa occidental volvió a desgarrar sus vestiduras por la atrocidad cometida por detestables caudillejos de Crimea, coludidos con Rusia, mientras que en Crimea y en Rusia celebraron la anexión como una gran victoria para el país, hecho que ha contribuido a mantener la popularidad de Putin en niveles del 90%.

2-Estados Unidos. De una manera sorprendente, el partido republicano sufrió en 2016 una “adquisición hostil” por Trump: ganó la nominación, y contendió en la lucha por la presidencia contra Hillary Clinton. Ninguno de los candidatos era popular en amplios sectores de la población, pero a Trump lo apoyaba una base sólida de blancos no ricos y conservadores, mientras que Hillary, en mi opinión, tenía más seguidores por el miedo a Trump que por el amor a ella o a su partido. Durante la campaña se dieron con todo: una mancha constante en el expediente de Hillary fue el uso descuidado de su correo electrónico, aunque no se le comprobó ningún crimen. A Trump le sacaron que era deshonesto, truculento, fastidiaba a sus socios y quebraba a sus empresas; en un chiste de la época dice Trump: “ya quebré tres negocios propios; ¿por qué no quebrar un país?”. Al cuarto para las doce anuncia el director del FBI que va a investigar a Hillary, lo que probablemente le quitó los votos suficientes para que ganara Trump.

Después del 8 de noviembre, poco a poco han surgido noticias que relacionan a Rusia con la campaña de Trump. Al principio fue la sospecha de que los rusos habían hackeado los servidores del partido demócrata y la cuenta de Hillary, después aparecieron ligas concretas con Rusia de personas en el círculo de Trump, y al final todo mundo se acordó que el mismo Trump ha hecho negocios con Rusia durante varios años. Estados Unidos está preso de una indignación santurrona, para la que crearon la palabra selfrighteousness; están indignados contra Trump por la gran cantidad de estupideces y disparates que dice y hace, y contra Rusia por meterse en sus asuntos internos. Con tal presidente, los Estados Unidos han conseguido enemistarse con Inglaterra, Alemania, Canadá, México, Francia,…, con casi todo el mundo excepto las Islas Marías. Los chinos están felices porque habiendo renunciado Trump a los acuerdos de París, los norteamericanos pierden la iniciativa en una tendencia mundial que no es nada más amor al medio ambiente, sino actividad económica, la fabricación e investigación de elementos para producir energía limpia: en vez de que Estados Unidos venda, venderán los chinos. Supongo que Trump está al borde de la esquizofrenia: por un lado feliz porque no cree en el calentamiento global, por otro lado teme que la industria norteamericana lo culpe de perder el liderazgo en energías no renovables; no sé lo que pasará, pero mi pronóstico es que lo corren antes de meterlo a un manicomio.

Rusia está feliz, contemplando el desarreglo interno que sufre EEUU, una lucha prácticamente de todos contra todos en donde el último episodio es un terrorista no importado de Irán sino made in USA, que dispara contra congresistas republicanos.

3-Análisis del caso ucraniano. Durante la guerra fría, la OTAN y el Pacto de Varsovia eran alianzas militares enemigas; el Pacto de Varsovia se disolvió bajo la promesa verbal hecha por diplomáticos norteamericanos a Gorbachov de que la OTAN no avanzaría “ni una pulgada” hacia el oriente, lo que no sucedió porque ahora agrupa a casi todos los países europeos que pertenecían al bando soviético. Rusia protestaba débilmente, pero decidió pintar su raya con Ucrania: por ningún motivo permitiría que ese país formara parte de la OTAN. Alentado por Rusia, Yanukovich rechazó la oferta de pertenencia a la OTAN, y entonces empezó la actividad diplomática que narré al principio, hasta que cayó Yanukovich y Ucrania está desgarrada en partes oriental y occidental, que reflejan con bastante exactitud la manera en que se inventó este país en 2010. Esa región había sido parte de Rusia (Kiev es cuna de toda la cultura rusa), y la relación tan estrecha que hay entre los pueblos ruso y ucraniano puede comprobarse por la semejanza entre sus idiomas, mutuamente inteligibles. La frontera occidental de Ucrania se trazó de forma que muchas ciudades y pueblos que eran parte de Hungria, Bielorrusia y Checoslovaquia ahora están en Ucrania, con el resultado de que existe una frontera cultural en Ucrania, una línea vertical Sur-Norte que pasa por Kiev: de lado izquierdo odian a los rusos, del derecho se sienten rusos.

Estados Unidos capitalizó esta situación, apoyó un movimiento que indudablemente estaba respaldado por una parte del pueblo ucraniano, pero repudiada por otra parte: las ciudades del Oriente de Ucrania, que preferían al vecino fuerte con el que de todas maneras tenían que lidiar, en vez de un aliado fuerte pero más lejano y de apoyo dudoso. La prensa occidental se solidarizó casi totalmente con el “pueblo ucraniano”, léase la facción apoyada por EEUU, y olvidó a los que se sentían cercanos a Rusia; Putin aprovechó la gran presencia rusa en Crimea para favorecer un movimiento que enviaba a Crimea al seno de Rusia. Al final, dependiendo del periódico que uno lea, el malo es Rusia o los Estados Unidos.

4-Análisis del caso norteamericano. Estados Unidos es un país profundamente dividido. Lo crearon colonos protestantes europeos, de cultura y raza homogénea, quienes decidieron cómo iba a ser el país, y lo proclamaron con palabras altisonantes e hipócritas (“El Creados nos hizo a todos iguales… bla bla bla”) porque desde el principio se tomaron libertades que llevaban en sí el germen de la desunión: aceptaron esclavos negros sin la seguridad de que los negros seguirían siendo esclavos a perpetuidad. En 1868 se abolió la esclavitud, pero los blancos del Sur han continuado hostigando a los negros hasta el día de hoy, por ejemplo con el KKK. La prosperidad de EEUU atrajo a muchos inmigrantes, no nada más aquellos semejantes a los primeros colonos, sino chinos, mexicanos, italianos, judíos, rusos, polacos y prácticamente todas las naciones y razas del mundo. Si ya es difícil llegar a acuerdos dentro de un grupo homogéneo, imagine usted la dirección de un país en donde todos los intereses económicos, raciales, religiosos, políticos, etc., están representados. Poco a poco la dirección y las leyes de los Estados Unidos han caído en las manos de los grupos más privilegiados, normalmente WASP (White, Anglo-Saxon, Protestant), en detrimento de la gran población. Demócratas y republicanos son enemigos a muerte pero sus dirigentes siguen siendo clase acomodada, y la elección de 2016 fue entre dos ricos. Con y sin interferencia rusa, los norteamericanos están divididos, como lo prueba la ley de salud que los republicanos quieren votar, aunque dejen fuera de cobertura a 20 millones; es una lucha ricos en el poder vs. pobres sin representación.

Yo no sé qué tanto se metió Rusia en la elección presidencial de 2016, pero imaginemos a Estados Unidos desde la perspectiva rusa: es una potencia económica y militar y no se puede atacar ahí, pero tiene un talón de Aquiles, su democracia: de ella dependen los gobernantes, y las elecciones son una oportunidad de oro para atacar a un candidato, al otro, o a los dos; lo mejor de todo es que resulta facilísimo influir en las elecciones, y la Suprema Corte de Justicia ha señalado el camino: por medio del dinero y la propaganda. No habiendo conflictos militares entre potencias, es válida la lucha económica, diplomática, o de intriga. Suponiendo que Rusia intervino, que sus hackers entraron a la sede del partido demócrata, mi opinión es que ya les había caído un regalo del cielo con la presencia de Trump como contendiente: su historia, su carácter, los negocios que ha hecho, su ojo alegre, lo convertían en el mejor candidato para ser el peor presidente, como efectivamente está resultando. “¿Qué tal si fastidiamos a Hillary y apoyamos a Trump?” pudieron pensar los rusos. Todavía suponiendo, lo que ha conseguido Putin es un enemigo en desorden, peleando consigo mismo en vez de luchar contra verdaderos objetivos, abdicando del “liderazgo moral” (no son palabras mías) que Estados Unidos tiene frente al mundo, y perdiendo el rumbo en el avance económico en energía limpia, un negocio con futuro medible en trillones de dólares. Lo más probable es  que Trump se empecine en tratar de gobernar a su modo; creo que misteriosamente seguirán apareciendo huellas de la colusión de Trump o de sus agentes con Rusia, también creo que en un año o más le aplicarán la enmienda 25 o el impeachment y tendrán otro presidente. Por mientras, Estados Unidos es un enemigo neutralizado para los rusos.

5-Conclusión. Estoy seguro que ambos países tratan de fastidiarse por todos los medios posibles, y la historia de ambos es testigo de sus conductas: ambos crecieron a costa de sus vecinos durante el siglo XIX, se volvieron potencias nucleares y tienen el poder de destruir al mundo. Estados Unidos quiere volver “demócratas” a todos los países del mundo, incluyendo a Irak, aunque sea a la fuerza, la URSS defendía a Cuba del imperialismo yanqui, ambos se metieron en Afganistán pero los norteamericanos les hicieron un favor a los rusos al derrotarlos ahí, puesto que años después EEUU sigue empantanado en una guerra sin futuro en ese país. Los dos tienen fortalezas y debilidades que el otro trata de explotar; en los dos casos analizados, es exactamente la desunión interna del enemigo lo que aprovecharon primero EEUU y luego Rusia para crear problemas al otro.

Nosotros leemos casi exclusivamente la prensa occidental, pero si leyéramos los periódicos rusos encontraríamos las mismas acusaciones que en New York Times, cambiando la fecha, el lugar y uno o dos nombres propios, como dijo Borges. He pensado en diseñar una serie de “insultos de machote” y venderlos a la prensa rusa y norteamericana, en donde haya espacios en blanco para ser llenados a las conveniencias del firmante. Por ejemplo:

La intolerable intromisión del día _____________ llevada a cabo por ______________ en la ciudad de ____________,  que es parte de [nuestro país o un país amigo (elegir uno de los dos)] es algo que no podemos permitir porque se trata de un atentado contra la democracia y los valores más queridos de la sociedad moderna y también contra [________ (insertar otros valores al gusto)]. Nuestro embajador en ______________, capital de _____________, ya presentó una nota diplomática de protesta, y el presidente [Trump o Putin (elegir uno de los dos)] está considerando seriamente romper relaciones diplomáticas con [___________ (nombre del país enemigo)].

Como he titulado este artículo, son dos burros hablando de orejas.

PD. Después de que escribir el artículo, Sofía me dio una cita de Isaac Asimov que no resisto la tentación de incluir:

There is a cult of ignorance in the United States, and there has always been. The strain of anti-intellectualism has been a constant thread winding its way through our political and cultural life, nurtured by the false notion that democracy means that ‘my ignorance is just as good as your knowledge.

Hay un culto por la ignorancia en EEUU, que siempre ha estado ahí. La tensión de anti-intelectualismo ha sido un hilo constante hallando su camino en nuestra vida política y cultura, nutrida por la falsa noción de que democracia significa esto:

mi ignorancia es tan valiosa como tu conocimiento.

Seguramente los rusos están enterados de la cita y la tienen presente cuando se trata de identificar puntos débiles en la democracia de Estados Unidos (o de cualquier país). Efectivamente, al igualar a todos mediante el voto, cuenta tanto el voto de quien hace un análisis objetivo y ve más allá de sus propios intereses, que el voto del ignorante, característica que el 99% de las veces está ligada a pobreza, marginación y facilidad para ser influido. Como seres humanos y ante Dios todos tenemos el mismo valor, pero los políticos se dan cuenta que la ignorancia del pueblo juega a su favor si saben manipular al pueblo, y esta es una de las razones por las que Trump nombró a Betsy de Vos en Educación, y en nuestro país, de que los maestros sean un foco de problemas sociales en vez de ser educadores de la infancia.

Sabiendo esto, en el lugar de los rusos yo hubiera filtrado noticias alarmistas sobre Hillary, no importa que fueran ciertas, falsas o petardos; generaría un montón de tweets sobre el tema, y haría crecer exponencialmente el flujo de información en las llamadas redes sociales con falsedades, mentiras obvias, insinuaciones y verdades a medias; finalmente, hablaría mucho sobre Trump, en una forma que no fuera directamente agresiva, para mantener su imagen presente en la mente del votante. Todo esto jugaría a favor de Trump, puesto que él tiene una base sólida de votantes a quienes les importan poco los argumentos, y en cambio los partidarios de Hillary eran una asociación de conveniencia, no de convicción. En el balance final, los seguidores de Trump seguirían firmes, y los de Hillary se desmotivarían, como efectivamente sucedió.

Puede consultar el artículo original de Asimov.

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