Confucio envió a su discípulo Zi Lu al río para que trajera agua en un balde. En la ribera se encuentra Zi Lu a un tigre, y antes de ser atacado, sujeta la cola del tigre, que se escapa dejando su cola en manos del discípulo.

Llega corriendo y despavorido ante Confucio, ha olvidado el balde con agua.

“Maestro, ¿cómo se mata a un tigre?”

“Los valientes atacan su cabeza, golpeándola; los menos valerosos lo toman de las orejas; los cobardes sujetan su cola y no lo matan, nada más se quedan con la cola.”

Tenían que viajar ese día todos a un pueblo distante. Enojado, Zi Lu oculta una piedra entre su ropa y pregunta: “Maestro, ¿cómo matar a un hombre?”

“Los más valientes lo hacen con el pincel; los poco valientes, con la lengua; los cobardes, por detrás y con una piedra escondida en la ropa.”

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Fuente:

Leí la mitad de esta historia en 101 cuentos clásicos de la China, recopilados por Chang Shiru y Ramiro Calle.


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El puñal de los valientes — No hay comentarios

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