El título de este artículo es una perversión de la famosa frase de Shakespeare

Something is rotten in the state of Denmark
Algo está podrido en el estado de Dinamarca
(Hamlet, Acto 1, Escena 4)

cuando un personaje menor del drama, Marcello, pronuncia las palabras en alusión a los eventos trágicos que han sucedido y al mal estado del reino. Se ha convertido en expresión literaria que viene al caso cuando uno expresa insatisfacción con el estado de cosas que guarda una institución, preferentemente en situaciones en donde el problema empieza desde las cabezas del gobierno, tal como suponemos lo quiso dar a entender Shakespeare. No dice “something is rotten in Denmark”, sino “…in the state of Denmark”, haciendo una alusión al origen de la podredumbre, en el caso del drama la casa reinante.

Yo creo que está muy bien que todos nosotros –el pueblo- manifestemos nuestra voluntad y elijamos a quien nos gobierna; como principio general de gobierno, de que el poder radica en el pueblo y deber servir al pueblo, creo que es maravilloso. Pero esta expresión de satisfacción tiene tantos “asegunes” que en la práctica, también en mi opinión, ni el pueblo manifiesta su opinión ni elegimos a quienes nos gobiernan.

Tomemos el caso de Aguascalientes. En este momento tenemos básicamente a dos candidatos para gobernador y dos para presidente municipal. Ni yo ni ninguno de los que conozco participaron en la designación de esos candidatos, pero entre ellos dos hay que elegir, no hay más; buenos o malos, son los que postularon el PRI y el PAN y no hay otros viables. Si son honrados o no, si han robado poco o mucho, si los elotes son remedio contra la depresión o no, son asuntos en los que no decidimos y no hay más que ellos dos para el siguiente gobernante. La designación de estos candidatos está justificada en un hilo muy delgado: que los partidos políticos nos representan y que por lo tanto tienen el poder implícito de designar candidatos y con ello, designar gobernadores y presidentes municipales. ¿Los partidos políticos nos representan? Mi opinión es un NO rotundo, tomando como último argumento de una lista larga la noticia de que ciertos legisladores se acercaron a sus líderes de bancada a pedirles que no fueran a aprobar la Ley Anticorrupción 3 de 3, porque esos legisladores tendrían que hacer declaraciones patrimoniales y ahí aparecería que tienen casa chica; su temor es al descrédito ante la ciudadanía, no a la ira de la esposa. Si estos legisladores nos representan, yo propongo en su lugar al Teufel, nuestro nuevo pastor alemán, como mi representante, él no tiene casa chica y está dispuesto a apoyar el 3 de 3.

Tomemos el caso de Estados Unidos. Un personaje que está catalogado como “defraudador, parásito, hombre de negocios deshonesto y depredador implacable” se lanzó como precandidato y ha conseguido los votos necesarios en las primarias para la nominación republicana. La población norteamericana está polarizada entre los simpatizantes y opositores de Trump, no hay términos medios; él se está apoyando en el resentimiento de la clase blanca trabajadora que ha visto sus empleos amenazados, su estándar de vida disminuido y la grandeza de Estados Unidos en entredicho. En todas partes hay resentidos, Trump decidió jugar esa carta y les ha resultado bien hasta ahora.

Me decidí a escribir sobre este tema por una noticia que salió ahora en TheGuardian[1][1]: comentarios de ex empleados de la así llamada “Trump University” expresaron públicamente su parecer sobre la manera en que se condujo esa mal llamada universidad. Opiniones tomadas de ese artículo dicen:

  • …después de presionar para la compra, los clientes consideraban pagar US$35,000 por el programa Elite… no tenían dinero para pagar pero lo harían utilizando su ingreso por incapacidad y una hipoteca sobre su apartamento…
  • Basado en mi personal experiencia y mi empleo, creo que Trump University era un esquema defraudador y que actuaban como depredadores sobre las personas de edad y poco educadas, para quitarles su dinero.
  • Trump University atraía gente al curso básico gratuito, y una vez ahí trataban de presionar para que compraran alguno de los seminarios con costo…
  • …recuerdo algunos consumidores que no tenían casa y no podían pagar los seminarios, pero los representantes de la universidad les decían “oh, está bien, utiliza al máximo tus tarjetas de crédito”…

Esta Universidad no lo era, para empezar, y las autoridades de Nueva York demandaron para quitar ese nombre porque no estaban calificados para otorgar títulos. El objetivo declarado era enseñar mediante seminarios el arte de hacer dinero en bienes raíces, cosa que en teoría es posible pero no por los medios que ellos proponían. Mucha gente al final invirtió cantidades grandes en sus seminarios, se sintió defraudada e iniciaron demandas colectivas contra Trump que están en este momento en los tribunales. Trump se defiende atacando sin responder: se refiere al juez que dio entrada a la demanda colectiva como “la persona más deshonesta que conozco”. Este juez autorizó hacer públicas las reglas de juego con que operaban los instructores de esa universidad, unas 400 páginas que describen las tácticas agresiva y poco éticas utilizadas para atraer incautos y hacerles pagar caros sus seminarios[2].

Mi reflexión es que defraudadores hay en todas partes, pero no son candidatos a la presidencia de un país. Estados Unidos, que está orgulloso de su democracia y quiere ponerse a sí mismo como modelo a imitar, ha producido un bufón y defraudador que ahora pretende ser presidente. Lo podrido de la Democracia es que todos estos hechos efectivamente suceden, siguen las reglas del juego democrático y son válidos. Trump les habla a los resentidos de EEUU, ellos lo siguen y aparentemente no importa que tenga una historia de quiebras, que tenga fama de mujeriego, que se exprese de su hija en términos poco recatados, que haya defraudado a través de su “universidad”. Trump casi tiene en la bolsa la nominación republicana, podría competir por la presidencia y podría ganar.

No llevo las cuentas, pero creo que la Democracia tiene más de 2000 años de existencia; tantos años han pasado que algo está podrido en ella y hay que tomar medidas.

PD Además de la obvia inclusión de “democracy” en lugar de “Denmark” en la cita de Shakespeare, cambié “state” por “reign”, porque esta mal llamada democracia, en mi opinión, es más parecida a una monarquía o a una dictadura que a un gobierno auténticamente elegido por el pueblo. ¿Quién manda aquí? Los partidos políticos, manipulando al pueblo en sus sentimientos y en el camino robando enormes cantidades de dinero, tanto en las partidas legítimas (gastos de campaña) como en el robo tradicional.

 

[1] http://www.theguardian.com/us-news/2016/jun/01/trump-university-staff-testimony-fraudulent-scheme

[2] http://www.theguardian.com/us-news/2016/may/31/donald-trump-university-playbook-real-estate-courses


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