1-La elástica definición de corrupción. Lo mismo que cruzar una esquina sin detenerse puede o no ser motivo de infracción, empezando por si hay un semáforo funcionando ahí, también asuntos mucho más serios son o no son delito dependiendo del caso. Los países donde existe pena de muerte ejecutan a sus condenados en forma legal, como el estado de Texas en EEUU; ahí los condenados a muerte usualmente son asesinos con agravantes, pero en otros países como Irán se condena a muerte por razones más amplias, como el adulterio, en este caso apedreando a la pareja ofensora. En un caso es la ley penal del estado de Texas, en otro es la Sharia lo que sanciona el acto de quitar la vida a un hombre. Otra forma sancionada de matar son los asesinatos de blancos señalados por la inteligencia norteamericana, utilizando drones; puede haber daños colaterales, aquellos que por mala suerte se encontraban junto al blanco señalado al momento del bombazo, pero una y otras muertes se justifican con argumentos debatibles, el caso de los drones inclusive con argumentos matemáticos de teoría de probabilidad. Vemos entonces que la ley es bastante elástica para señalar quien es culpable de asesinato.

El término “corrupción” está asociado a dinero. Consideremos por ejemplo el caso de los 22 senadores republicanos que enviaron una carta a Trump tratando de convencerlo de abandonar los acuerdos climáticos de París[1]. La carta fue firmada por James Inhofe (Oklahoma), junto con Mitch McConnell (Kentucky, líder de la Cámara Alta) y otros 20 senadores que tienen una característica común: la industria del petróleo les ha aportado más de US$10 millones para sus campañas en los últimos tres años[2], lo que obliga la pregunta acerca del interés que ellos puedan tener para apoyar a sus patrocinadores, y plantea el problema de fondo: ¿esto es corrupción?

Jared Kushner, yerno y asesor de Trump, está en el negocio de bienes raíces desde hace años. En Nueva Jersey se presentó la oportunidad de construir un edificio residencial de 50 pisos, y buscaba dinero barato para el proyecto. En EEUU hay financiamientos disponibles para zonas que han sido declaradas con alto desempleo, y en esa dirección se encaminaron Kushner y sus socios: hablaron con quien tenían que hablar, declararon que cierta zona muy amplia, que incluía el terreno en cuestión, padecía alto desempleo y Kushner obtuvo financiamiento para construir una torre residencial con dinero oficialmente destinado a aliviar zonas pobres[3]. ¿Esto es corrupción?

En Aguascalientes se construyó una avenida muy amplia (Paseo San Marcos), con piso de concreto, que casualmente se trazó por una zona en la que en ese momento solamente había terrenos baldíos. Tiempo después se construyen dos torres de edificios muy elegantes, y la voz del pueblo asocia esas dos torres al gobernador que ordenó construir la avenida. ¿Hubo corrupción?

Este último caso es el más socorrido por las autoridades en todo el mundo: funcionarios de alto nivel poseen información privilegiada acerca de las zonas en las que se realizarán obras importantes, pasan la noticia oportunamente a sus amigos, quienes hacen negocios y unas cuantas “migajas” caen en el regazo del gobernador. O bien, el gobernador se deja convencer (mejor aún, él mismo compra el terreno) de que en cierto lugar es conveniente hacer obras y aprovecha su posición para favorecer a sus amigos y a sí mismo. ¿Es corrupción?

Todo depende de la definición de corrupción. En mi opinión personal los cuatro casos mencionados lo son, pero depende de la ley y de la voluntad y habilidad del procurador para perseguirlos. Por ejemplo, esos 22 senadores están actuando bajo el amparo de la ley, ya que pueden recibir donaciones; Kushner explotó un agujero en la ley (loophole) que en cierto sentido benefició a New Jersey, por la obra civil y el empleo traído al estado, pero ciertamente violó el espíritu de aquella ley que dice que el financiamiento barato es para beneficiar a la gente pobre. Lamentablemente, ni en Estados Unidos ni en México el espíritu de la ley es causal de delito, nada más la letra.

2-Campañas y corrupción. No conozco ningún país democrático sin partidos políticos, son como la mala hierba que crece en todos los jardines o las arañas en las esquinas de cualquier casa. En teoría es posible que nada más tengamos candidatos independientes, pero el proceso de convencer a la gente de votar por alguien es una enorme y complicada oportunidad de negocios, que los más sagaces y con menos escrúpulos han aprovechado en todos los países. Por principio de cuentas está el proceso electoral, que modernamente significa movilizaciones políticas, actos de campaña, y publicidad; todo esto requiere dinero en abundancia. Y luego, está la influencia que se adquiere sobre un candidato triunfador al que se apoyó. De modo que con y sin financiamiento oficial o privado, seguirán aprovechándose los vacíos legales, y muchas personas romperán la ley, con la esperanza de no ser descubiertos o de gozar de protección.

En las últimas semanas, la prensa mexicana desgarra vestiduras con noticias amarillistas acerca de “La Recaudadora” Eva Cadena, legisladora de MoReNa (= Movimiento de Recaudación Nacional) porque fue filmada en varias ocasiones recibiendo dinero para su patrón López Obrador. Todo el escándalo es porque nuestra ley prohíbe a ciudadanos dar dinero a partidos políticos y a candidatos, bajo el argumento que el presupuesto de la Federación cubre los gastos de todos los partidos políticos registrados. Eva Cadena ya salpicó por su nombre a Rocío Nahle (también legisladora de MoReNa), y al resto de los partidos, diciendo públicamente lo que todos sabemos: hay dinero ilegal en todas las campañas, como aquellos $25 millones destinados a pagar la nómina de Veracruz, encontrados en una maleta en el aeropuerto de Toluca en tiempo de elecciones.

Fue mala suerte para Eva Cadena y para López Obrador, pero nos dicen lo que ya sabíamos aunque AMLO siga con su cantaleta de siempre y sus golpes de pecho “yo vivo de los $50,000 que es mi salario.” Seguramente le cortarán la cabeza política a La Recaudadora, pero las cosas seguirán igual porque todos los partidos, sin excepción, recurren a las mismas artimañas. En Estados Unidos no aparecen películas clandestinas donde un legislador recibe dinero, porque allá está permitido. Esto significa que lo que para nosotros es un delito, allá está sancionado por la ley. ¿Quién tiene la razón? ¿Estados Unidos o México?

La razón legal la tienen los dos países, cada uno es libre de legislar como quiera. La razón moral están del lado mexicano en mi opinión, yo considero que es preferible asignar un presupuesto oficial a los partidos políticos, determinado según ciertas reglas, en vez de autorizar a los ciudadanos y a las empresas a donar dinero para actividades políticas. Pero sabiendo que no hay dinero que alcance (esto es un axioma, tan cierto como que mañana sale el sol por el Oriente), los partidos echan el gato a retozar, y a pesar de la enormidad del presupuesto otorgado, buscan más dinero. You can never be too young, too slim nor too rich, dice otro axioma moderno, que se autoaplican los partidos políticos.

La película de Mel Gibson Get the Gringo tiene una escena interesante, donde el policía mexicano le dice al de EEUU que los policías en ambos lados son corruptos, pero que aquí somos “honestamente corruptos.” Yo coincido completamente, y para ejemplo tomemos el caso de Eva Cadena en México, comparado con los 22 senadores republicanos que recibieron dinero de la industria del petróleo y convencieron a Trump de sacar a EEUU de los acuerdos climáticos. De acuerdo a las respectivas legislaciones, Eva Cadena cometió un delito, pero los 22 senadores actuaron conforme a la ley. Sin embargo, las consecuencias para el mundo en uno y otro caso son muy diferentes: Eva Cadena está influyendo en una elección nacional, Estados Unidos se sale de un acuerdo que pretende salvar el planeta de la depredación humana. La Recaudadora violó la ley, los 22 republicanos no la violaron pero están contribuyendo al calentamiento global. Si juzgamos los actos por sus consecuencias, estos senadores cometieron un acto enormemente más grave que el de Eva Cadena.

Por las consecuencias para Estados Unidos y para el mundo, vale la pena revisar su legislación electoral. Igual que aquí, se otorga un presupuesto oficial a los partidos, pero allá también se otorga a los ciudadanos Y A LAS CORPORACIONES la facilidad de donar a causas políticas. En un galimatías de definiciones y organizaciones, se autoriza la existencia de PAC’s y SuperPAC’s (Political Action Comittee), que pueden recibir donaciones para usos políticos. Un PAC puede colaborar directamente en una campaña, por ejemplo organizando un mitin donde habla el candidato, un SuperPAC no, pero sí puede hacer actividades políticas, siempre y cuando no esté ligado directamente a la campaña de ningún candidato. Por ejemplo, un SuperPAC no puede organizar un evento de campaña de nadie, pero sí puede pagar publicidad en radio y tv donde promueve ciertos valores, digamos que no existe el calentamiento global. Legalmente, este SuperPAC no apoya a ningún candidato en particular, pero todos los republicanos amigos de Exxon o de Mobil que niegan el calentamiento global son beneficiados por esa campaña. La distinción es estúpida, pero es legal.

Tratándose de dinero, la magnitud del problema es proporcional a los montos autorizados. Fieles a su tradición leguleya, en Estados Unidos se han venido presentando juicios en los tribunales en donde se pelea la posibilidad de dar más y más dinero a fines políticos. Existían límites a las aportaciones de individuos y de empresas, pero en dos casos que llegaron a los tribunales más altos (CitizensUnited v. FEC y SpeechNow.org v. FEC) la Suprema Corte y el IX Tribunal de Apelaciones decidieron que no podía haber límites, lo que significa que se abrió la puerta para que ciudadanos y empresas financiaran a los candidatos, directa o indirectamente, con tanto dinero como sea necesario para ganar las campañas. Con palabrería erudita y sesuda, los jueces equipararon la libertad de expresión con el dinero, ni más ni menos. Puesto que la 1ª Enmienda garantiza la libertad de expresión, si Ford Motor Co. (o cualquier corporación) quiere expresar su apoyo a cierta causa política con un cheque de un millón, la Suprema Corte le dice que adelante, que no se limite en su expresión.

A mí me parece idiota e inmoral que con cualquier argumento se permita donar dinero ilimitado a cualquier campaña política, la razón es muy simple: esto crea una obligación del legislador, gobernador o presidente electo con sus patrocinadores, quienes más adelante exigirán pago en especie. En los periódicos norteamericanos se habla todos los días de esta influencia (hay inclusive una calle en Washington dedicada al lobbying, K Street[4]), pero se menciona como un hecho establecido, legalizado y casi nunca leo críticas ni cuestionamientos a la existencia de esta “industria del lobby”. No existe tal cosa como “desinterés” en la raza humana, lo único gratis en este mundo es el amor de madre: el ciudadano que vota por un candidato, la empresa que le da dinero, ambos esperan un beneficio más adelante; permitir que ciudadano y empresa donen el dinero que quieran es privilegiar a la empresa sobre el ciudadano, porque la inmensa mayoría de los hombres no pueden ni soñar con el dinero disponible en las arcas de las corporaciones, mucho menos pensar en donarlo a la causa que sea. Esto significa -mensaje a la SCJ de los Estados Unidos,- que las donaciones ilimitadas en nombre de la libertad de expresión están favoreciendo esa libertad para las empresas y perjudicando la misma libertad de los individuos, quienes jamás podrán “expresarse” con cheques de ese tamaño.

Conclusión a la pregunta que titula este artículo: Eva Cadena es corrupta porque así lo señala la ley mexicana, pero los 22 senadores republicanos son corruptos morales y su acto además es estúpido, porque el hombre afecta el clima, aunque la ley les permita recibir dinero de la industria petrolera. No es nada más mi oposición moral a que el “big money” de las grandes corporaciones influya en la política, sino mi reprobación de que seguir el interés del dinero tiene enormes consecuencias para el mundo.

[1] https://www.inhofe.senate.gov/newsroom/press-releases/inhofe-leads-senators-in-letter-to-trump-calling-for-withdrawal-from-paris-climate-agreement. Este senador adorna su página con la imagen de un tanque de guerra…

[2] https://www.theguardian.com/us-news/2017/jun/01/republican-senators-paris-climate-deal-energy-donations. Se da la lista de los senadores y lo que recibieron de la industria del petróleo.

[3] https://www.washingtonpost.com/investigations/jared-kushner-and-his-partners-used-a-program-meant-for-job-starved-areas-to-build-a-luxury-skyscraper/2017/05/31/9c81b52c-4225-11e7-9869-bac8b446820a_story.html?utm_term=.eb1006c7213b

[4] https://en.wikipedia.org/wiki/K_Street_(Washington,_D.C.)


Comentarios

¿Es corrupción? — 2 comentarios

  1. Muy interesante la información que aqui nos compartes. Creo que no sabemos toda la verdad de este asunto. Pienso que sí tenemos un problema serio de calentamiento global, sin embargo, son muchos los intereses que tienen en cuanto a poder que el impacto ambiental no les quita el sueño. En un descuido y ya tienen su boleto pagado al planeta Marte para cuando ya no haya más que hacer aqui.

    Saludos
    Pilar

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