Peor que un crimen, fue un error.
Talleyrand

1-Estados Unidos vs. URSS.

Al terminar la Segunda Guerra Mundial las dos grandes potencias militares, rusos y norteamericanos, pasaron de aliados a enemigos y empezó la Guerra Fría: la URSS y USA se daban con todo, se espiaban, se metían en sus territorios de influencia y se detuvieron ante la guerra franca porque sabían que difícilmente ganaría cualquiera de ellos, y en todo caso sería a un costo enorme para su propio pueblo. Ni hablar de armas nucleares, que afortunadamente después de Hiroshima y Nagasaki nunca han sido utilizadas militarmente y solamente sirven como elemento de disuasión. Pero la Guerra Fría siguió, y cuando llegó Reagan al poder (1981) se preguntaban unos y otros cómo derrotar al enemigo.

El Secretario de Defensa de Reagan, Caspar Weinberger, razonó y aconsejó al Presidente en los términos siguientes:

  1. La sociedad en la URSS es débil económicamente.
  2. No tienen mucho dinero, ni educación técnica ni tecnología para entrar en la era de la información
  3. Se han gastado enormes cantidades de su presupuesto en lo militar.
  4. La sociedad empieza a dar muestras de tensión y de insatisfacción.
  5. No pueden sostener la producción militar que nosotros en USA sí podemos.
  6. Eventualmente, van a quedarse sin dinero.
  7. Finalmente, quedará solamente USA como superpotencia si y sólo si podemos seguir sosteniendo nuestro gasto militar.

Reagan le hizo caso y comenzó la “Guerra de las Galaxias” en donde Estados Unidos se lanzó a la conquista de la estratósfera como objetivo militar, siguió produciendo aviones y portaaviones y misiles, obligando a la URSS a un gasto semejante. En el curso de una década (1981-1991), la URSS estaba acabada económicamente y se desintegró. Estados Unidos derrotó a la URSS, porque ésta desapareció y la profecía de Weinberger se cumplió.

Este es un ejemplo moderno y supremo del Arte de la Guerra, como si hubiera sido sacado del libro clásico, adaptado a nuestra época:

  1. No podemos librar una guerra convencional contra la URSS, entre otras cosas porque nos atascaríamos en la inmensidad de su territorio, igual que Napoleón y que Hitler.
  2. Mucho menos una guerra atómica, por el riesgo de destruir todo el mundo.
  3. Declaremos una guerra económica que obligue a la URSS a gastar lo que no tiene para sostener una inversión militar que nosotros sí podemos hacer.

Resultado: la derrota del enemigo.

2-México vs. Estados Unidos

Andrés López inicia su administración abriendo las puertas a “refugiados” centroamericanos para ingresar al país, para que transiten de sur a norte y lleguen a pedir asilo a los Estados Unidos. También otorga miles de ciudadanías express, para que puedan quedarse aquí. Las consecuencias son obvias:

  1. Vamos a tener en el país un “montonal” de gente, para ser tan preciso en los números como nuestro presidente, personas que no fueron investigados previamente para permitirles su ingreso, es decir, para otorgar o negar una Visa de acuerdo a la persona. No sabemos quiénes son ni qué van a hacer aquí, salvo que tienen que comer, dormir y vestirse, cuando menos durante el trayecto.
  2. Muchos de ellos viajarán a la frontera norte a solicitar Visa en USA, y a la inmensa mayoría de ellos se les negará.
  3. Trump se va a enojar porque desde su campaña ha estado atacando y vilificando a los inmigrantes mexicanos y centroamericanos, a quienes considera delincuentes y violadores, y ahora le están llegando todavía más inmigrantes gracias a la cortesía panamericana de Andrés López.
  4. Trump va a tomar represalias, tanto por sus odios personales como por mejorar su imagen política.
  5. Terminaremos con un montón de refugiados que consumirán vestido, comida y albergue todo el tiempo que estén aquí. Algunos de ellos conseguirán trabajo.

Dos preguntas son naturales:

  1. ¿Tenemos necesidad de hacer enojar a Trump?
  2. ¿No hay suficientes problemas en México, no tenemos suficientes millones de personas viviendo en pobreza extrema, como para aceptar a miles de refugiado con sus familias, como los jóvenes negros que se paran a pedir limosna en Juan Pablo II?

A un nivel muy inferior al de Caspar Weinberger, yo también tengo bola de cristal:

  1. Cualquier guerra México-Estados Unidos (militar, económica, de tarifas) la va a perder México.

¿Pensó acaso Andrés López en todas las guerras que va a perder contra Estados Unidos? ¿No está enterado que su primera obligación es velar por el bienestar de este país y de sus ciudadanos? ¿No tenemos suficientes problemas, como para enfrascarnos en una guerra de cualquier tipo contra el vecino poderoso? ¿No sabe quién es Trump?

Hubo un tiempo en que todo extranjero en México temblaba ante el Artículo 33 de la Constitución, que da (o daba) poder discrecional a la Secretaría de Gobernación para expulsar a cualquier extranjero que considerara indeseable. De aquellos tiempos, sólo quedó el recuerdo.

El comandante supremo es el que sabe elegir sus batallas, el que derrota al enemigo  en el lugar de su elección; idealmente, sin entrar en batalla; a este calibre pertenecen Napoleón, Aníbal, y Weinberger-Reagan.

El peor comandante es el que elige una batalla que sabe que va a perder. Usted ya sabe quién es ejemplo.

Peor que un error, fue una idiotez.
André MalgréTout, Marquis de la Nonchalance.

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